Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo (MSTM)
29.11.2013 04:50
Ésto fue un movimiento carismático dentro de la Iglesia Católica argentina, que intentó articular la idea de renovación de la Iglesia subsiguiente al Concilio Vaticano II con una fuerte participación política y social. Formado principalmente por sacerdotes activos en villas miseria y barrios obreros, entre 1967 y 1976 fue uno de los canales por los se canalizó la acción social, muy cercano a organizaciones de la izquierda peronista y en ocasiones al marxismo.
En 1967 el obispo brasileño Hélder Câmara lideró un grupo de 18 obispos de Latinoamérica, Asia y África que redactó una proclama, en la que se vinculaba la situación de pobreza y desamparo de los ciudadanos del Tercer Mundo con la explotación a la que las corporaciones multinacionales los sometían, y expresando el compromiso religioso con la mejora de la misma.
La reacción al documento de Medellín encontró a la curia argentina ya en efervescencia; tres sacerdotes porteños, Héctor Botán, Miguel Ramondetti y Rodolfo Ricciardelli, habían hecho circular unos meses antes el Manifiesto de los 18 Obispos, proponiendo entre sus colegas la formación del MSTM (Móv. de Sacerdotes del Tercer Mundo). Las respuestas fueron numerosas, y para fines de ese año más de 200 curas se habían integrado al mismo.
Junto con numerosos laicos, el MSTM se dedicó al trabajo social en zonas marginales, además de apoyar las reivindicaciones obreras. La cercanía con los sindicatos aproximó a muchos de sus miembros al movimiento peronista.
La principal controversia versaba sobre el uso de la violencia. la Teología de la Liberación comenzaba a permear en los sectores mas extremos del movimiento, en especial por la justificación teológica de la violencia revolucionaria que es considerada un fenómeno natural e inevitable en la Teología de la Liberación. Estas diferencias llevaron a una fuerte ruptura en el encuentro de 1973, en que se mostraron irreconciliables; Algunos sacerdotes tercermundistas dejaron la sotana por aquellos años para sumarse al coro de la guerrilla, mientras que grandes representantes del movimiento como el padre Carlos Mugica y el padre Carbone, asesor nacional de la JEC continuaron con su rechazo a la lucha armada, diferenciando el MSTM de la Teología de la Liberación.
Junto con el recrudecimiento de la represión, tras la muerte de Perón y el ascenso de José López Rega, el movimiento perdió capacidad de acción y acabó por disolverse unos años más tarde. Aunque algunos de sus miembros dejaron el sacerdocio, especialmente para contraer matrimonio, la mayoría permaneció en el mismo; un estudio de 1988 indicaba que un 67% conservaba aún su estado clerical.